PSG-Chelsea: una final de Mundial entre el lujo y la eficacia

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Paris Saint-Germain es el mejor equipo del mundo en estos momentos, brillante y contundente. Por su parte, Chelsea ha demostrado versatilidad para adaptarse a las circunstancias, aptitudes para sacar provecho de las oportunidades y buena suerte. El domingo 13 de julio disfrutaremos de una final del Mundial de Clubes entre dos equipos muy diferentes pero con las mismas ambiciones, que se podrá ver en vivo por Disney+.

PSG es el favorito, desde luego. Por presente y porque sus últimos partidos contra grandes de Europa fueron el 5-0 sobre Inter en la final de la Champions y las victorias sobre Atlético Madrid (4-0), Bayern Munich (2-0) y Real Madrid (4-0). Los resultados son elocuentes, pero mucho más lo es su excelencia futbolística. De todos modos, Chelsea es un rival acostumbrado a competir y tiene argumentos para dar el golpe. Esa será la gran incógnita del partido: si el conjunto inglés es capaz de frenar al campeón de Europa en el último encuentro de la temporada.

Luis Enrique armó una máquina casi perfecta. «Casi» porque la perfección en el fútbol no existe, pero después de lo visto en el primer tiempo de las semifinales existe la tentación de darle ese adjetivo al cuadro parisino. Juego de posición, sí, pero con una dinámica total. Pases constantes, movilidad incansable, laterales que juegan de laterales, delanteros que gambetean, mediocampistas que se asocian y llegan al área.

PSG brilla contra cualquier adversario, porque sacó la misma diferencia futbolística ante Real Madrid que contra Inter Miami. No importa el contexto, solo se preocupa por su propia construcción de juego. Con eso es suficiente, porque es tan contundente el dominio que los goles caen por peso propio. Y cuando no, por alguna genialidad individual.

Es completo PSG. Tiene respuestas claras para cada situación. Sabe cómo agruparse sin pelota y también con ella. Vitinha es el líder absoluto, el socio de todos. El portugués, con su andar tranquilo, construye cada ataque con sabiduría, mientras a sus costados trajinan Achraf Hakimi y Nuno Mendes. Difícil ver un partido de los últimos meses en el que no haya sido el mejor o uno de los mejores.

La tarea de Chelsea será titánicaEnzo Maresca debe plantear un partido sin fisuras. Ya no le servirá al DT italiano hablar del cansancio de la temporada. Su equipo llegó a la final con justicia, pero lo hizo después de haber jugado solo contra un rival europeo. La exigencia ahora será gigante… Como también puede serlo el premio.

El club londinense lleva ya casi dos décadas como uno de los más competitivos de Europa. No es una sorpresa verlo aquí. Ha jugado finales de Champions (ganó dos) y ha ganado todas las copas existentes. Sabe muy bien cómo jugar estas instancias. Además, es el representante de la liga más poderosa del planeta y debe honrarla.

En la semi le ganó con total autoridad a Fluminense. Su mayor cualidad en ataque es la velocidad en la contra. Esa virtud puede ser clave en un partido en el que tendrá menos la posesión que su rival. Necesita salir muy rápido para aprovechar los espacios. Y no debe fallar ni una vez en defensa, algo que hizo sobre todo en la zaga. Es decir, para ganarle a PSG debe hacer el partido de su vida.

Iremos al estadio MetLife el próximo domingo a ver la consagración definitiva de un equipo de época, aunque Chelsea no será un invitado dócil en la fiesta.

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